José Pastor es presidente de Urbem, promotora valenciana que este año cumplirá los 35 años de historia, un evento que quiere celebrar por todo lo alto.
-Tras cinco años de crisis, el negocio inmobiliario ha sido acusado de ser el principal problema de la crisis. ¿Se siente el culpable de la situación económica?
-No, en absoluto, aunque probablemente tenga mi parte alícuota de culpa. Pero esto no es la primera vez que pasa en el mundo. Ha ocurrido en Estados Unidos, Inglaterra, Japón… y siempre se produce cuando durante mucho tiempo el dinero es muy barato y abundante. ¿Quién genera el dinero? Los estados, ahora Europa. La soberanía para darle a la maquinita de hacer dinero la tenía hasta hace poco el tandem franco-alemán, aunque esto ahora está en cuestión. Pero en las crisis siempre pasa lo mismo. Cuando hay mucho dinero, la gente tiende a cumplir su sueño, que es tener una buena vivienda. El problema que hemos tenido es la variabilidad de los tipos de interés que han hecho que subieran. Ahora el problema ya no es ese sino la crisis tremenda.
-¿Por qué se produjo el boom inmobiliario?
-El Gobierno fue el primer culpable. En tiempos de Aznar estaba al frente del Banco de España Jaime Caruana que le fue poniendo freno. Cuando llegó el partido socialista al Gobierno dijo que iba a aumentar la productividad pero como lo cómodo era cobrar muchos impuestos del ladrillo todavía le dio más impulso al ladrillo. Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España durante los últimos siete años, era el que firmaba las autorizaciones a la banca para que pudieran emitir titulaciones hipotecarias que las vendían fundamentalmente a alemanes y franceses.
-¿Qué repercusión cree que tuvo eso?
-Los bancos conseguían dinero, nosotros vendíamos los pisos antes de construirlos y pensábamos que esto no podía ser. Estábamos haciendo demasiadas viviendas pero si eres un industrial que hace una cosa que la vende, la tentación es seguir haciendo más. No es sólo tentación. Es tu obligación. El problema es que MAFO, Solbes y Zapatero no pusieron freno a lo que generaba una cantidad de ingresos brutales al Estado, a las autonomías y a los ayuntamientos. ¿Quién es responsable? Desde luego ellos. Los bancos también tienen una parte de culpa muy importante. Cuando se pide un préstamo hay que averiguar qué tipo de ingresos tienes para devolver el préstamo que has dado.
-¿Cómo valora el decreto del ministro de Economía que obliga a aumentar las provisiones?
-Es un desastre. Sinceramente, es una barbaridad. Se ha dejado influir por Europa, que nos ve como los PIGS (cerdo en inglés, acrónimo de Portugal, Italy, Greece, Spain). A los españoles nos miran como a griegos. La consecuencia del decreto es que van a venir dos ingleses a mirar nuestros bancos. Esto es reconocer que el Banco de España no sirve de nada, que sobra. Además, con más provisiones, obliga a la banca a vender sus inmuebles al precio que les paguen. Eso implica precios ridículos de la vivienda. No es bueno obligar a la banca a vender los pisos al precio que sea.
-¿Qué le parece la creación de un banco malo?
-La virtud que tiene es que puede ampliar el periodo de venta de los inmuebles que tendrán precios bajos pero razonables. Lo que no puede ser es que se vendan los pisos al precio que sea.
-Eso lo hizo el Sabadell, por ejemplo, en Canet.
-Eso destruye su cuenta de explotación por las provisiones que se tienen que hacer.
-Con ese panorama en el que la banca va a liquidar sus inmuebles, ¿qué espacio tiene el promotor?
-Está en stand-by. Absolutamente quieto. Nosotros sobrevivimos a través de alquiler y un hotel que tenemos y lo que vamos a hacer es esperar a que pase la tormenta.
-¿Usted invertiría en el banco malo?
-No tengo dinero para invertir porque los bancos no me prestan. La otra guinda del señor De Guindos es que les obliga a provisionar los activos de los promotores que aún no hemos impagado nada. Por el hecho de ser inmobiliario, el banco tiene que provisionar el 30%. Eso es discriminación.
-¿Por qué la asociación de promotores se ha unido a Fevec?
-Es la ruta natural. Mi amigo Eloy Durá y los antiguos representantes de la asociación de promotores en su momento tuvieron unas discusiones y hubo una segregación pero el camino de la verticalidad y de alcanzar la cúspide en Madrid y en la CEV es a través de la Federación de Constructores. Los promotores estaban aislados de la CEV y eso no tiene sentido. Lo lógico es que el mundo empresarial, cada uno en su competencia, tenga unidad.
F: Las Provincias